4 días por Montañas Vacías

4 días por Montañas Vacías

14/06/2023 0 Por ritmos

Llegó el momento de poder hacer otra ruta cicloturista, esta vez fueron 4 días por Montañas Vacías, la ruta bikepackera que, merecidamente, se ha puesto de moda en muy poco tiempo. Ya hice otro viaje en solitario por esta ruta, y en esta ocasión volvería a viajar con Óscar, con quién ya estuve en el Hayedo de Tejera Negra o en la Sierra de la Demanda.

El viaje se planteaba complicado por la previsión meteorológica, llevaba una semana lloviendo y no parecía que fuera a cambiar. Y eso, viajando en autosuficiencia, no es muy alentador.

 

El recorrido

En esta ocasión buscaba una ruta de montaña, circular, con refugios, para 4 días, no excesivamente lejos de casa. No fue difícil que se me viniera a la cabeza Montañas Vacías. El recorrido, nuevamente, lo diseñé con ayuda de Komoot, esta herramienta que tan cómoda y útil me está resultando para crear rutas.

Por el camino nos encontramos infinidad de rutas señalizadas, por nombrar algunas:

Datos

  • Kilómetros totales: 200,9 km
  • Desnivel Acumulado Positivo: 3.839 m
  • Desnivel Acumulado Negativo: 3.839 m
  • Altura máxima: 1.771 m
  • Altura mínima: 1.123 m

Etapa 0: Huélamo

El primer día arribamos a Huélamo, entre que llegamos y nos preparamos eran ya las ocho de la tarde. La intención era hacer unos kilómetros antes de dormir para luego avanzar más tranquilos los demás días. Descendimos por un pequeño camino que nos llevó hasta un vadeo, que debido a las lluvias resultaba demasiado exigente, y tras varios intentos de buscar un sitio más adecuado desistimos y decidimos dormir cerca del pueblo para empezar al día siguiente la aventura por carretera desde el pueblo.

Saliendo de Huélamo

 

Vadeando el río de Valdemeca

 

Durmiendo cerca de Huélamo

 

Etapa 1: Huélamo – Jabaloyas

Distancia: 63,1 km / Tiempo: 6:43 h / Vel. media: 9,3 km/h / Vel. máx.: 60,1 km/h

Iniciamos la ruta volviendo al pueblo para salir por la carretera, cruzar el río Júcar y enfilar en busca del recorrido de Montañas Vacías. El día se plantea húmedo, pero parece que, de momento, el tiempo nos respetará. Nos dirigimos por carretera hacia Valdemeca para coger la pista que nos lleva a Zafrilla. Aquí paramos a comer en el bar Papi y nos encontramos un mapa de Montañas Vacías dibujado por Ernesto Pastor, padre del recorrido, librándonos de paso de un chaparrón. Seguimos por una pista con tramos pedregosos, y otros con exceso de barro debido a las aguas caídas en los últimos días. Pero son tramos cortos, y tras pasar el mal trago, volvemos a un camino cómodo de rodar. En las ruinas de Collado Verde de Arriba nos toca nuevamente refugiarnos para evitar mojarnos en exceso por la constante llovizna. Llegamos a la carretera y enfilamos dirección a Jabaloyas, pero nos detenemos antes ya que el cansancio y la noche se nos echan encima.

Paisajes del camino

 

El barro, enemigo del cicloviajero

 

Carreteras tranquilas sin apenas tráfico

 

Etapa 2: Jabaloyas – Casilla de Gea

Distancia: 46,6 km / Tiempo: 4:32 h / Vel. media: 10,2 km/h / Vel. máx.: 46,1 km/h

Tras una tranquila pernocta arrancamos con la esperanza de dormir en refugio esta noche. Encaramos Jabaloyas, donde tomamos el segundo desayuno en el agradable bar junto al ayuntamiento. Rellenamos las reservas de agua y tomamos dirección al Centro de Interpretación de Dornaque, por una carretera que se convierte en pista forestal, donde paramos a comer. De aquí el camino nos lleva hacia Albarracín, pero antes de llegar nos desviamos por una pista húmeda y bastante pedregosa que nos lleva al refugio Casilla de Gea a unos 3 kilómetros. Nos encontramos con dos habitaciones separadas con mesas y bancos, limpias y cuidadas, una alegría para los que sabemos apreciar y agradecer los refugios libres. Es recomendable subir al mirador para apreciar unas imponentes vistas de las montañas y la llanura en la que nos encontramos, dentro del Paisaje Natural Protegido de los Pinares de Rodeno.

Llegando a Jabaloyas

 

Barranco de Ligros

 

Mirador cerca de la Casilla de Gea

 

Etapa 3: Casilla de Gea – Refugio La Portera

Distancia: 55,8 km / Tiempo: 6:17 h / Vel. media: 8,8 km/h / Vel. máx.: 47,9 km/h

Dejamos el refugio en perfectas condiciones y decidimos separarnos por diferentes caminos, para reencontrarnos en Albarracín. Uno toma la pista que desciende a Gea de Albarracín, para luego coger la carretera, marcada como recorrido pintoresco, para llegar a Albarracín, acompañando al acueducto romano tallado en las rocas. El otro se enfrenta a una dura subida de cerca de un kilómetro por un camino pedregoso y con desniveles pronunciados, donde empujar la bicicleta resulta ineludible. Tras este ejercicio de superación se enlaza con una pequeña carretera que, entre estructuras de piedra de arenisca rojiza muy compacta de formas caprichosas, nos dirige a Albarracín. Antes de llegar pasamos por diversos abrigos con pinturas rupestres, zonas de escalada y por el Mirador de la Escombrera, que nos ofrece unas buenas vistas sobre este municipio, incluido entre los Pueblos Más Bonitos de España, y su muralla.

Realizada la visita obligatoria, nos proveemos de suministros, y con un ojo puesto en las nubes cogemos la carretera hacia Torres de Albarracín, omitiendo la subida por pista que nos indica el GPS para reducir el desnivel de la etapa. Poco antes de llegar al pueblo, un cartel con indicaciones de Montañas Vacías nos señaliza los 16 km que nos separan de Bronchales, prácticamente todo en subida. Aquí comemos en compañía de unos niños del pueblo que nos invitan a jugar un partido de fútbol, pero que debemos rechazar por tiempo y cansancio, aunque Óscar no se resiste a dar unos toques con el balón. Salimos de Bronchales pasando por su camping y nos dirigimos directamente dirección al refugio, alterando el recorrido inicialmente planificado que nos dirigía a Orihuela de Tremedal y al refugio de El Collado, que ya pude ver en nuestro viaje a Moncófar, y que me quedé con ganas de utilizar, ya que paramos en el refugio de Checa, menos cómodo y cuidado que este. Tras un último esfuerzo, por lo degradado del terreno debido a la actividad maderera, llegamos al refugio de La Portera bajo una suave llovizna, a 1.740 msnm, con su mirador ofreciéndonos unas vistas dignas del esfuerzo realizado.

Pinturas rupestres

 

Vistas sobre Albarracín desde el Mirador de la Escombrera

 

Refugio de La Portera

 

Etapa 4: Refugio La Portera – Huélamo

Distancia: 57,0 km / Tiempo: 4:34 h / Vel. media: 12,4 km/h / Vel. máx.: 50,3 km/h

Nos despertamos acompañados de un grupo de ciervos que están comiendo junto al refugio, agradecidos por el cobijo que nos ha brindado. Descendemos por el camino que usamos el día anterior para enlazar con la carretera que nos lleva a Griegos. Este día, ya sin haber invertido tiempo en vigilar las condiciones meteorológicas, nos sorprende una suave pero duradera llovizna que se va prolongando a lo largo del día. Para llegar a una hora prudencial al coche y emprender el camino de vuelta decidimos arrancar si desayunar, llegando a Griegos al hostal restaurante La Muela de San Juan, donde nos atienden muy bien, y decidimos directamente tomar un desayuno/comida dadas las horas que son. Seguimos hacia las Dehesas Boyales siguiendo el GR-10.1 que nos lleva a Guadalaviar, desde donde tomamos dirección al nacimiento del río Tajo, el más largo de la península. Continuamos pasando por el refugio de El Monolito, ubicado en un cruce de carreteras, y sorprendentemente bien conservado para ser tan accesible (lo que se agradece), para llegar al Puerto del Cubillo. Desde aquí un divertido descenso de 5 km con vistas espectaculares se transforma en la guinda del pastel de este viaje, quedando apenas unos kilómetros para regresar al punto de inicio de la ruta.

Amanecemos acompañados

 

Nacimiento del río Tajo

 

Subiendo a Huélamo

 

Recomendaciones

Un recorrido por Montañas Vacías es garantía de aventura, naturaleza y soledad. El cantar de la abubilla, el croar de las ranas, ciervos y corzos serán fieles compañeros de viaje. También los pinares de pino rodeno, las montañas y las vistas panorámicas. Por lo demás la ruta hace honor a su nombre. A nivel físico, y en ocasiones técnico, es una ruta exigente, no recomendable para iniciarse en los viajes en bicicleta. Hay que calcular bien la comida y el agua, ya que no siempre se va a poder conseguir. También es interesante consumir algo en los pueblos del camino para colaborar con la economía del lugar. Con el recuerdo de estos 4 días por Montañas Vacías va a ser difícil encontrar una ruta tan solitaria y espectacular como esta. Pero habrá que intentarlo.