Preparar una microaventura
A la hora de preparar una microaventura hay que tener en cuenta diferentes aspectos. De nosotros depende cuanto queremos tener planeado y cuanto dejaremos a la improvisación. Una microaventura es una salida de 2 ó 3 días, lo que en inglés denominan S24O (Sub-24hours-Overnight) o S48O (Sub-48hours-Overnight).
Las microaventuras nos permiten realizar pequeñas excursiones por zonas de interés, descubrir rincones nuevos y quitarnos el mono de un viaje más largo. Pero también podemos ver en ellas la posibilidad de probar material nuevo o de animar a otras personas a catar el dulce sabor de un viaje en bicicleta, y sin duda, se quedará con ganas de probar una ruta más larga.
Deberemos tener en cuenta donde queremos ir, el tiempo que estaremos fuera, la climatología, lugares de pernocta y alimentación. Con estos datos podemos pasar a organizar los diferentes puntos de la planificación:
- Planificación de la ruta
- Preparación del equipaje
- La compañía
Planificación de la ruta
A la hora de diseñar nuestra ruta debemos pensar si queremos salir desde casa o si queremos ir a alguna zona para explorarla, lo que ya implica una mayor logística. A partir de aquí valoraremos cómo de definido queremos tener el recorrido, saliendo a la aventura, marcando puntos de interés o llevando el trazado perfectamente marcado en el GPS.
Ahora toca elegir si diseñar la ruta desde cero, inspirarnos en otras rutas o seguir una ruta ya existente. Podemos inspirarnos en rutas realizadas por otros ciclistas a través de libros, revistas o páginas webs como Wikiloc, Cicloide, Komoot, etc. También podemos partir de rutas diseñadas como las Vías Verdes y los Caminos Naturales, la TransAndalus, Montañas Vacías, la Cicloextremeña, nuestra TransCAM, y un largo etcétera.
Personalmente me gusta elegir puntos de interés por los que quiero pasar, punto de inicio y final o hacerla circular para facilitar la logística. Una vez establecido esto busco información de rutas que pasan por la zona o de recorridos hechos por otros ciclistas. Además, esto te permite intuir si el trazado que estás eligiendo es ciclable. No me llama demasiado la atención hacer un recorrido diseñado, pero si usarlo para unir los puntos de interés. Cada uno debe elegir lo que más le interesa y satisface.
Preparación del equipaje
Para nuestras primeras salidas nos podemos inspirar en listas de equipaje ya existentes, de las que podemos encontrar infinidad en internet. A partir de aquí debemos ir ajustando el equipaje a nuestras necesidades a través de la experiencia, lo que nos permitirá una mayor optimización del mismo, al igual que sucede con la organización del mismo.
Lo primero que deberemos tener en cuenta es el tiempo que nos va a hacer. Es importante saber si existe la posibilidad de lluvias, nieve, etc. y cuánto va a descender la temperatura por la noche.
También debemos valorar el grado de autosuficiencia que queremos llevar. Si dormiremos en alojamientos o bajo las estrellas, o si tenemos la posibilidad de aprovechar la maravillosa oportunidad de pernocta que un refugio libre nos puede brindar.
Y ¿dónde comeremos? Podemos ir de restaurantes o comer al raso. Nos puede apetecer llevar hornillo para calentar la cena o hacernos un café por la mañana, aunque también nos puede bastar con un bocadillo frío.
De todo esto dependerá la cantidad de equipaje que llevaremos y lo ligero que podemos ir. En nuestro caso lo habitual son las pernoctas al raso, si hay refugio bien, y si no, en hoteles de mil estrellas. La comida puede ser, por ejemplo, un bocadillo en un bar y luego cenar caliente (llevamos hornillo) donde vayamos a dormir.
La compañía
Si la microaventura va a ser en solitario o acompañados influirá sobre los puntos anteriores. La ruta que elijamos deberá ser apta para todos los componentes del grupo, más si viajamos con niños, para que todos puedan disfrutarla. Debemos estar todos dispuestos a tener paciencia y adaptarnos a los ritmos de los demás, a las necesidades, e incluso, a sus caprichos. Saber ceder y negociar es fundamental para una buena convivencia.
También, en referencia al equipaje, la compañía puede cambiar la configuración. En familia a los adultos nos tocará ir más cargados, aliviando el equipaje a los más pequeños. Por otro lado, es posible que dentro del grupo podamos compartir tienda, cocina, herramientas, etc. aligerando así nuestro equipaje.
Conclusiones
Para preparar una microaventura debemos tener en cuenta factores como el recorrido, el equipaje o la compañía. Los detalles a tener en cuenta son extrapolables a un viaje más largo. Pero lo importante es no comerse mucho la cabeza, coger lo que tengamos accesible, salir con un mínimo de preparación, y disfrutar de lo que la ruta nos ofrezca. Planificar una ruta acorde a nuestras posibilidades es importante para no sufrir en exceso y disfrutar más del recorrido. Además, es aconsejable calcular etapas asumibles para tener tiempo de visitar lugares que nos resulten interesantes, o llegar pronto al lugar de pernocta y poder dar un paseo. Vamos a hacer un viaje de placer, no una carrera. Poco a poco todo surgirá de manera natural a medida que cojamos experiencia.