Vía Verde del Ferrocarril Santander – Mediterráneo con niños

Vía Verde del Ferrocarril Santander – Mediterráneo con niños

20/07/2020 2 Por ritmos

Hoy os queremos proponer un pequeño viaje de 4 ó 5 días para recorrer un tramo de la Vía Verde del Ferrocarril Santander – Mediterráneo con niños.

 

Un poco de historia

El ferrocarril Santander – Mediterráneo se comenzó a construir en 1924. El proyecto fue financiado con capital privado cuando ya se estaban construyendo trayectos por parte del Estado.

La línea se iniciaba en Calatayud, para llegar a Santander, pasando por Soria y Burgos, con una longitud de 415 km. Se llegaron a construir 365 km, hasta Dosante, donde el proyecto se complicó. Faltaba atravesar la cordillera cantábrica y descender por un complicado terreno hasta Santander. El túnel de la Engaña, con una longitud de 7 km (el túnel ferroviario más largo de España hasta entonces), vio la luz en 1959, 17 años después del inicio de las obras, pero nunca llegó a pasar ninguna vía por él.

Un poco más de historia aquí: www.spanishrailway.com.

 

La Vía Verde – Camino Natural

Las Vías Verdes son antiguos trazados ferroviarios reconvertidos en caminos que permiten rodar sin tráfico y con poco desnivel (generalmente), ideales para viajar con niños.

La Vía Verde – Camino Natural del Ferrocarril Santander – Mediterráneo, que podría llegar a ser la más larga de España, se está acondicionando por tramos. Actualmente están acondicionados los tramos de:

  • VV / CN Túnel de La Engaña – Santelices: 6,9 km – Firme: Tierra acondicionada
  • VV / CN Castellanos de Bureda – Quintanilla Vivar: 43,9 km – Firme: Gravilla compactada
  • VV / CN Burgos – Cojóbar – Cascajares de la Sierra: 36,9 km – Firme: Asfalto y tierra compactada
  • VV / CN Hontoria del Pinar – San Leonardo de Yagüe: 9,3 km – Firme: Zahorra compactada
  • VV / CN San Leonardo de Yagüe – Abejar: 26,7 km – Firme: Zahorra compactada
  • VV / CN Abejar – Soria: 30,6 km – Firme: Zahorra compactada
  • VV / CN Calatayud: 7,4 + 1,7 km – Firme: Gravilla compactada
  • VV / CN (de los Ojos Negros II) Estación de Santa Eulalia – Puerto de Escandón: 49,2 km – Firme: Asfalto y tierra compactada
  • VV / CN (de los Ojos Negros) Puerto Escandón – Algimia de Alfara: 112,7 km – Firme: Asfalto y zahorra compactada

 

El viaje

Partimos de Madrid a Ocenilla, que está a 2 horas y media de viaje, dónde dejamos aparcado el coche para iniciar la ruta. Tras desayunar en el Bar La Escuela y preparar las bicicletas comenzamos a pedalear.

Preparando las bicicletas en Ocenilla

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Etapa 1: Ocenilla – Abejar

Saliendo de Ocenilla cogemos la Vía Verde – Camino Natural del Ferrocarril Santander – Mediterráneo. Rodamos por un sendero de zahorra compactada, entre campos de cultivo de cereal y rodales de monte arbustivo, con zarzamoras, jaras, pinos y fresnos. Pasadas las estaciones de Cidones y Herreros, llegamos hasta Abejar para pernoctar en el Camping El Concurso. Los niños disfrutaron de un baño en la piscina mientras montábamos la tienda.

Pedaleando por la Vía Verde del Ferrocarril Santander – Mediterráneo con niños

Acampados en el Camping El Concurso

Lagarto ocelado en el camino

Etapa 2: Abejar – Navaleno

Retomamos la Vía Verde rodeados de campos de cultivo, continuando con el mismo firme. Pasamos por las estaciones de Abejar y Cabrejas del Pinar, y paramos a comer junto a la Ermita de la Blanca. Seguimos camino para adentrarnos en un bosque de pino silvestre hasta llegar a la carretera SO-P-6002, dónde abandonamos la Vía Verde para dirigirnos hacia Navaleno. Acabamos la etapa en el Camping Fuente del Botón, un camping humilde pero con buen trato. Nos hubiese gustado que la Vía Verde tuviese un acceso apartado del tráfico motorizado hacia Navaleno, sobre todo para ir con niños.

Retomando la Vía Verde

Comiendo junto a la Ermita de la Blanca

En la ruta aún se encuentran estructuras del antiguo ferrocarril

 

Día de descanso

Al día siguiente madrugué y volví a Ocenilla para recoger el coche. Cuando llegué al camping estaban terminando de desayunar. Dejamos las bicis en el camping y fuimos a visitar las Lagunas de Neila, a 45 minutos de allí. De regreso paramos en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, visita obligada si a tus hijos les gustan estos animalitos.

Volviendo a por el coche, antigua estación de Pinar Grande

Lagunas de Neila

Museo de dinosaurios en Salas de los Infantes

 

Etapa 3: Cascajares de la Sierra – Cascajares de la Sierra

Fuimos en coche hasta poco antes de Cascajares de la Sierra para pedalear otro tramo del Camino Natural – Vía Verde del Ferrocarril Santander – Mediterráneo. Comenzamos en el antiguo Apartadero de Cascajares-Hortigüela para avanzar dirección a Burgos. Comimos a medio camino y regresamos al camping para disfrutar de la piscina y un heladito.

Bellas vistas desde la Vía Verde

Puentes de estética cuidada sobre el Camino Natural

Camping Fuente del Botón, un camping humilde de buen trato

 

Camino de regreso

Para la vuelta a casa elegimos un desvío para recorrer algunos lugares que nos resultaban de interés. Nos dirigimos hacia Santo Domingo de Silos, a unos 40 minutos, para visitar el pueblo y los alrededores, como El Monasterio, la Ermita de la Virgen del Camino o la Tizona del Cid, entre otros. En la zona podemos visitar la ruta de «El bueno, el feo y el malo», recorriendo los lugares de rodaje del famoso western.

La Tizona del Cid en Santo Domingo de Silos

Tras comer en Santo Domingo enfilamos el camino de vuelta, no sin antes hacer una parada en el Desfiladero de Yecla, sin lugar a dudas una visita que sorprende y emociona.

Desfiladero de Yecla

Este pequeño viaje por el Camino Natural – Vía Verde del Ferrocarril Santander – Mediterráneo con niños es otro ejemplo de hacer cicloturismo. Avanzamos tres etapas al ritmo de los pequeños, me hice una etapa a buen ritmo (de vuelta a por el coche), y juntos disfrutamos de los lugares que exploramos desde nuestro campo base (Navaleno): lagunas, dinosaurios, monasterio, western y desfiladero. Cicloturismo no es sólo pedalear y avanzar, es mucho más que eso, es disfrutar a otro ritmo y adaptarse en cada momento a lo que nos hace feliz.